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jueves, 3 de mayo de 2012

152.


A propósito y sin querer
melancoholizamos el tiempo que tenemos desperdigado
conservamos apenas la borra del café que bebimos
nos quedan los restos de lo que atravezó el tamiz
trozos grandes de recuerdos que sostuvieron migajas
carozos de frutas jugosas y maduras
caricias a la sombra del amor del desamor
del mar la calle la luna de dios de tantas cosas

Salidas, quedadas en el seno del alma
corazones de sensaciones.

Para siempre es mucho tiempo
y el nunca jamás dura menos de lo que creemos.