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viernes, 28 de septiembre de 2012

142. El verborrágico

Detrás de mis ojos está la noche extenuada por el hastío de rastrearte en la noche silencio busco ganar en el silencio la sangre coagula para sanar el tajo la lombriz come debora basura y caga abono alimento mientras conforma la metáfora más asquerosa de la vida.

La relación con el mundo un lugar fuera del lugar fugitivo de sí mismo el contorno de los secretos aparece intermitente y constantemente se muestra ausente en el MSN.

Detrás de la noche mis ojos fugitivos con ansias de llevar algo a cabo las encías sucias los dientes carcomidos por los demonios la fuga de marionetas en la lengua en sus ojos sus dientes.

No, en sus dientes no vi sus ojos
si muerde urgente mastica el cuerpo
como tropezones en la boca
como trofeos robados al infierno
en esta ciudad imposible
tuviste una bomba entre las manos
y no te diste cuenta

que explotó.

lunes, 24 de septiembre de 2012

175.


Cada vez más cerca del suelo
arrastro lo que tengo para convencerme del camino.
Voy en bici, colándome por el pasillito que los coches dejan sin querer,
pensando que no hay droga para mi angustia.

No hay porro que me ensonrezca
el clona apenas me duerme.
Se me cierran los vasos
y esta lista queda incompleta.

Entrando en la ruta
espero que algún coche me destroce apurado.

Alguien me pregunta:
¿Y la angustia de los africanos fusilados por sus empresarios?
Está aquí, la llevo en mi pecho.
La voy a enterrar conmigo de la manera más inútil.

La entierro con palabras en esta zanja
en este poemario absurdo, pasatiempo de derrotado.

Que las mujeres la profanen.

martes, 18 de septiembre de 2012

Hasta mi hora

Te hice un samba, negrita, te di cariño
desnude tus fantasías despacito
frente a tu omnipotencia estuve tranquilo
y a tus llegadas de madrugada los sabaditos.

Ahora, hasta mi hora
voy a pasar un tiempo en Gualeguaychú
no llores negrita, no llores
que mi corazón es de la primera estación.

Te dejo la heladera llena y sin promesas
que termina el carnaval y estoy de vuelta.
No llores negrita, no llores
que mi corazón es verdirosa

no llores negrita, no llores
hasta mi hora, hasta mi hora...

martes, 4 de septiembre de 2012

171.


Estábamos en un baldío.
El sol caía en cámara lenta, y daba una luz mortecina.

100 familias tomaban el terreno de dos cuadras.
En el barrio se habían ganado el desprecio de los vecinos por culpa de, entre otras cosas, chorros oportunistas que se cagaron en la necesidad de vivienda y usaron la toma de aguantadero.

Hacía dos noches que la cana reprimía con balas de goma y sin orden de desalojo. Los nenes que había en el lugar no lloraban solo por el gas lacrimógeno. Nosotros por la tarde ayudábamos a levantar casillas y a convencer a la gente de que hacíamos lo correcto ocupando esas tierras sin uso.

Dije que el sol caía y la luz era mortecina.
También pasó un viento fuerte, y yo me enamoré de vos por como hizo volar tu pelo.

¿Me enamoré de vos en los pastizales?
¿Me enamoré del viento?

Quizás solo quería estar enamorado...

lunes, 3 de septiembre de 2012

Y qué vas a hacer
cuando pasadas las madrugadas
leído el poema
la noche siga su curso y contra todo pronóstico estés viva?

Vas a decir el mismo verso?
vas a lamer mermelada de durazno sangrando?
vas a acallar las balas?

Qué balas, si acá no pasa nada.
Cada cual apila palabras
y las aplasta en el plato.

Cenamos menjunje,
escribimos.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Por los aires


No te pido nada
pero si acaso preguntás
por vos no hay nada que no haga.

Guardo entera en mí
la casa que mandé un día
por los aires
y la reconstruyo en todos sus detalles
intactos, implacables.

Es aquí
bicicleta, planta, sol
estante, cama y yo
pronto estará todo en su lugar.

Es aquí
chocolate, gato, suelo
espejo, luz, calzón
en su lugar
para verte llegar.