No tiene por qué ser serio
Puede estar
Prendido de un hilo muy fino
Y sin embargo prendido.
La solemnidad sobra.
Mientras reímos
Se erigen bustos a los muertos míticos,
las plazas se llenan de mugre
de predicadores.
Las fuentes hacen luces!
Jactándose de no ser,
Abrazos de calamar
Ofrecen resistencia
a las miradas sobre el hombro,
al metro de distancia.
Sabiendo de lo efímero
bailamos
tornasolados
Aun presintiendo la asepsia
De los amaneceres.
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