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lunes, 10 de mayo de 2010

Nada se termina.
Siempre hay algo
en cada mejilla, en cada mirada
que queda por decir.

Mientras vaguen las horas
que acompañan las melodías que escribimos,
como puentes que quizas cayeron,
que quizas quedaron,
un canto aislado
podrá decir que en algún lugar,
como piel por debajo
como síncopa recurrente
nuestros compases atinan
a desoir el contrapunto de los días por vivir.

como hebra de araña
como baba del diablo
siempre hay algo
en cada dia, en cada madrugada
que queda por decir.

Siempre un lazo que no se ve
estrechándose en la distancia.

Como un trazo en la maraña
siempre un firme hasta siempre.

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