Es esta hora
la hora del desarraigo y de la desilución
la hora nocturna
de volver y no reconocer
mi paisaje ni mi tierra.
Busqué entre los rostros
alguna estela de recuerdo.
Pero se escurren
sin más que miradas apuradas
entre miradas apuradas entre.
Y ahora que llega
la hora del desamparo
la hora de volver,
entiendo que no tengo barrio
y no quiero reconocerlo.
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