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domingo, 28 de noviembre de 2010

130.

Casi nos gastamos las balas
y todavía no matamos a nadie.

Venimos zafando
como todos los demás
remamos sobre esta mierda
como siempre hicimos.

Vivimos apuntando certeros
queremos matar y no podemos.
Olemos en el tiempo el azufre y la carne quemada
y queremos matar a la muerte matar al tiempo
matar a tu vieja matar la muerte.

Vemos el fino lienzo de nuestros dias
resecarse al sol de enero
y queremos matar a la muerte matar al tiempo
matar a tu vieja matar a la muerte.

Tenemos entre los dientes
cáscaras de palabras
y saboreamos jugosas maduras mentiras
patrañas de la vida
que viven desde antes que nosotros.


Luna de esta noche larga
si alumbrás el camino
te juro que llego al fondo del destino,
si dejás la penumbra te juro
que te arranco una luciernaga como sea.

En todo caso
(no se si decirlo todavía)
en todo caso parece que elejimos
ver el ocaso del día.

En todo caso noche
parece que buscamos horizontes
para ver sus ocasos.

En todo caso noche
te amo como amé a todas las noches que comieron mi cuerpo sucio bajo las estrellas.


Vivamos mientras podamos.

1 comentario:

  1. Buenas, caballero. Estuve leyendo el blog y, especialmente, las obras que usted perpetró (en relación a su comentario de las ilustraciones). Y bien, me gustó sobremanera esta poesía, la poesía 130. Como en muchas otras cosas, debo confesarme un ignorante: no suelo leer lírica. Por lo tanto, mi comentario pecará, quizá, de demasiada torpeza.
    Fíjese qué curioso eso de matar a tu vieja y matar la muerte. Porque la madre representa a la vida, al inicio de la vida. Matar a tu vieja (que, dicho sea de paso, tiene una connotación muy violenta; como todo el poema, salvando el final, ¿no?) es matar a la vida potencial, a una existencia potencial, hipotética. Y hay algo de ominoso en eso de la concepción, ¿no cree usted? Por eso que decía el Eclesiastés, que envidia y tiene por felices a los que todavía no son, a los que todavía no existen y que no ven las maldades que se hacen bajo el sol. Es decir, la concepción es arrojar, es agregar, además de una vida, una nueva muerte (disculpe, creo que estoy desvariando). Ya que mencionamos a la religión, que el poema, a mi juicio, reniega completamente: "tenemos entre los dientes cáscaras de palabras" y "mentiras", "patrañas" "que viven antes que nosotros". No sé, creí ver La Palabra, el Verbo, allí en "cáscaras de palabras" y, también, una mención a la religión, si que el yo poético es ateo: "mentiras que existen antes que nosotros". Me gustó, asimismo ese retruécano entre la locución "en todo caso" y "en todo ocaso." Creo que deberé dejar esa mala costumbre de no leer poesía. Le mando un sincero saludo,

    Walter

    ;)

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