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martes, 29 de octubre de 2013

196. Reescriturra n° 1

Un hombre viajó por todo el mundo. Visitó muchos países, vivió en muchos pueblos y pisó muchos barrios.
Al volver a su ciudad natal contó a los pocos viejos amigos que aún vivían y a los muchos nuevos pobladores lo que había conocido en sus viajes. "El mundo es un pañuelo."

Eso dijo, y agregó: "Y está repleto de mocos que habitan en él." Hay mocos verdes, mocos amarillos. Mocos rojos llenos de sangre y mocos grises llenos de tierra. Los hay moquitos flojos, que se caen solos, y los hay persistentes, que resisten mil esnifadas. Los hay líquidos que se mueven por todo el cuerpo y los hay coagulados en la vista o en las ideas.
Cada moco es particular, no hay dos iguales. Mocos duros y mocos blandos, cuidan sus narices con pasión y alegría o quedan presos de sus paredes. Se dejan estar pegados o salen disparados.

Hay mocos que, de tantas ganas nomás, contagian a todo el que se les acerca, y otros que están curados de antemano...

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